Tendemos a comportarnos como “perezosos intelectuales”. Pensar, reflexionar requiere de una concentración, de un esfuerzo para poderlo realizar, y si es algo que no entreno, como cualquier otra conducta, no conseguiré habilidad en ello.

Al existir nuestra tendencia a los atajos, a la búsqueda de “soluciones fáciles” y eso es lo que estamos entrenando, vamos a aceptar de muy buen grado, el consumir en redes sociales toda serie de estímulos “sencillos”, con los que no vamos a tener que pensar mucho y con los que además experimentamos todo un recopilatorio de emociones, en distintos grados.

Es lo que experimentamos a la hora de “scrollear” en cualquier aplicación. Pongamos por ejemplo en Instagram: los tipicos reels, videos cortos y dinámicos, de duración que va de 15 a 90 segundos que son combinaciones de  música, texto, efectos, anécdotas… Con todos estos ingredientes, genero todo tipo de emociones: alegría, tristeza, excitación, miedo, euforia.. El algoritmo está entrenado para ofrecerme el contenido que por mis patrones, sabe que elijo, con lo que es permanecer recibiendo dosis y mantener mi atención. Es lo que experimento y ¿qué habilidades estoy entrenando?

  • Búsqueda de estímulos sencillos, para alejarme de aquello que sé que requiere foco, concentración
  • Vivir instalado en la recompensa inmediata de la emoción
  • Aislarme de otras actividades, que quizás sí que requieran de mayor activación y compromiso
  • Dejar de atender a cosas, mucho más útiles, prioritarias o que realmente experimente la sensación de que “me están aportando”

Cuando ceso en mi constante estimulación, todo mi campo emocional se desactiva, y genero un bajón, un hueco que es lo que voy a notar como que “me falta algo”, acompañado de una desactivación total para dirigirme a otra actividad. Para vivirme a mi mismo, necesito de un grado de emociones a las que me estoy haciendo adicto, y a las que recurrentemente voy a acceder.

Este proceso es lo que podemos etiquetar como “Resaca Emocional”. ¿Se puede gestionar todo él de forma distinta?, por supuesto, regulando muchas de las actividades descritas, e incorporando otras que requieran nuestra atención y esfuerzo. 

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