Detrás de cada una de las acciones en nuestro día a día, existe un “valor”, “unas razones profundas”, que lo están moviendo, alimentando. Esos “valores” resulta muy útil de identificar, ya que nos permitirá en una primer acercamiento, dar respuesta a si los mismos responden a algo que yo he creado, son importantes para mi o bien son importados, imitados.
Un hombre puede decidir mantener su Fe en Dios, dentro de un entorno donde lo mayoritario es el mantener una actitud atea ante la cuestión. Puede incluir en su rutina diaria, el asistir a un evento religioso. Ese acto, lo mantendrá cultivando ese “valor”, que para él es importante, independientemente de lo que el entorno pueda hacer o pensar al respecto. Es el ejercicio de su libertad.
Y aquí va la siguiente cuestión, que también está incluida. Cuando ese señor decide asistir a un evento religioso, el “foco” de su motivación, podría ser “interior” o “exterior”. Es decir, podría decidirlo solo pensando, en que es la la forma de alinearse con el “valor religioso en su vida” (interior), o bien que a través de ese acto, el pretende “hacer un acto de exhibición de su Fe a la comunidad”, y espera un reconocimiento por ello (exterior).
Hay ocasiones en el que las cosas funcionan alimentadas por motivaciones interiores y exteriores a la vez. Lo esencial es identificarlas, y no llamarnos a engaños. Si yo decido tener un hijo, porque a mis padres les “hará muy felices ser abuelos”, el foco de mi acción está en el exterior, y por lo tanto más vulnerable y con más probabilidad a la frustración.
Puedo decidir ser padre, ya que mi foco está puesto en que “quiero vivir la experiencia de ser padre, hacerme cargo de alguien y en unos años procurar que sea independiente”, si de paso este hecho “hace felices a mis padres”, perfecto, pero el foco inicial es interior.
Por lo tanto cuantas más acciones llevo en mi día a día, que su “foco” están en el exterior, hay una mayor probabilidad que a su vez nos estemos alejando de lo valores que para nosotros son importantes, y hacen nuestra vida significativa.
Es muy diferente llegar a una cita puntual, porque mi foco es que “es importante cumplir aquello con lo que me comprometo”, a que seguro que la persona con la que me he citado, va a pensar de mi que soy alguien en quien confiar, porque esto último, no lo tengo garantizado.
Cuando eliges la ropa que ese día vas a vestir, ¿tu foco está puesto en aquello con lo que tú te sientes identificado?, o más bien, “en el impacto que va a tener en los demás”
Para crear una Confianza y Seguridad personal, es esencial alimentar el “foco interior” de motivación, a partir de crear un sólido lazo con “un valor personal”, que yo decido alimentar, fortalecer. Todo esto teniendo siempre en cuenta, que cada una de mis acciones, no operan de forma aislada, y que habré de incluir el “contexto”.
Por ejemplo, soy invitado a una boda, donde el código de etiqueta es llevar un smoking. Si yo decido asistir (y en esta decisión es donde radica, el foco interior), aunque mi preferencia sea vestir de sport, mi libertad en ese momento opta, por hacerlo acatando el código de vestir.
Identifica tus “valores personales” , chequea que tus acciones diarias estén en consonancia con ellos, te acerquen a ellos. Que el foco de tu impulso para actuar sea “interior”.