Pensa-Emociones

Si buscas en el diccionario la palabra “Pensa-emoción” comprobarás que no existe. Es la utilizada por el Investigador y Divulgador Científico David del Rosario, en su libro “El libro que tu cerebro no quiere leer”.

Básicamente una de las ideas que propone David, es que “nosotros no pensamos”, que quien lo hace es nuestro cerebro a base, de lo que él denomina Propuestas Neuronales, y que nosotros al prestarles “atención”, al utilizar, nuestro cerebro entiende que nos son útiles y vuelve a repetirnos, cada vez que vivimos un contexto similar.

Junto a estas “Propuestas neuronales” él incluye una serie de emociones, que acompasan, acompañan a las mismas y que ambas se retroalimentan. Es decir, para él,  pensamiento y emoción van unidas. De ahí el término “pensa-emoción”

Lo que hoy hago, lo que hice ayer, lo que haré mañana, vendrá determinado por  cómo “pienso-emociono”. Cómo siento, tiene un impacto directo en cómo hago las cosas. No es lo mismo hacer algo “triste”,  “apático”, que un estado de “actitud abierta”

Al hablar de “pensar”, no solo está referido al diálogo interno verbal, sino también a las imágenes que creamos que las acompañan. Creamos nuestro “mundo mental” que es en realidad el que utilizamos para relacionarnos con el “mundo real”. 

Cuando yo veo por primera vez un árbol, creo que una “imagen mental” de eso ahí fuera, lo clasifico y le adoso una serie de ideas, acompañadas a la vez de unas determinadas emociones. Este conjunto es lo que yo utilizo para relacionarme con los “árboles” cada vez que  veo uno en el mundo.

Paso la vida, percibiendo cosas, pensando sintiendo acerca de cosas. Si decido educarme y prestar atención a mis pensamientos, puedo comenzar a descubrir los sesgos que tienen, patrones y en la medida que incremento esa atención, puedo ir adquiriendo habilidades para optimizar en mi favor, todo el proceso.

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